La profesión docente en América Latina – Jorgelina Ivana Tallei

La profesión docente en América Latina

Jorgelina Ivana Tallei

¿Qué es ser docente en América Latina hoy? Primero, es oportuno reflexionar sobre lo que entendemos por docente o nuestra identidad docente. De acuerdo2 a Beatrice Ávalos, la identidad docente se sostiene en cuatro ejes: lo que los maestros saben, lo que interpretan, lo que creen y lo que sienten.

Parto de esta reflexión porque la identidad docente se modifica a partir de los contextos sociopolíticos e históricos. No es un hecho menor si consideramos los diversos cambios que se producen día a día en la sociedad. Así, el docente se identifica como un sujeto de lucha (sindicatos, manifestaciones, etc., no hace falta más que recordar los hechos recientes con los profesores de la provincia de Paraná, en Brasil) o como un sujeto de dudas (era de la informática, donde muchas veces el docente se ve desbordado por las exigencias de la cultura digital).

Cuando hablamos de América Latina, varios factores parecen coincidir en esa identidad docente con otros factores que se repiten: la falta de un salario digno, la falta de tiempo para dedicarse a las tareas extra clases (preparación de clases, corrección de tareas, entre otras), la falta de valoración hacia la carrera docente, surge entonces la pregunta: ¿lo que se le exige al docente, coincide con la misma valorización que tiene?

Una respuesta fácil. Se escucha poco al docente. Y si de formación se habla, uno de los puntos importantes que apuntan la gran mayoría de los países latinoamericanos refiere a la formación docente. En este sentido, se observa que hay un vacío en la relación de políticas educativas que realmente atiendan de forma plena a los docentes. No se apunta apenas a que las instituciones presenten propuestas de formación, sino que también posibiliten y den las condiciones para que los docentes puedan realizarlas, lo que habitualmente no sucede.

Otro punto en el cual se presentan coincidencias es en la situación salarial y el escalafón docente, los puntos necesarios para ascender en la carrera y por consecuencia obtener un mejor sueldo.

Otro factor refiere a las condiciones del aula, cada vez más los docentes tienen clases con estudiantes de diversas condiciones sociales y culturales. ¿De qué manera el docente da cuenta de todas esas demandas? Nuevamente este punto se relaciona con los programas de formación y las políticas para la implementación de los mismos.

Caben aquí algunas preguntas referidas a los puntos mencionados. ¿Si las instituciones no poseen un claro plan de carrera, como pretenden que el profesor pueda cumplir sus metas? ¿Cuáles son los cursos que se ofrecen? ¿Cumplen con la expectativa docente?

Además, si consideramos países como Argentina o Brasil donde los docentes imparten clases en más de una escuela para obtener un sueldo que les permita llegar a fin de mes: ¿cómo se realiza la formación?

Si los docentes necesitamos realizar diversas actividades para obtener un sueldo más justo, ¿cómo lo logramos en un escenario donde cada vez tenemos más horas de trabajo y menos formación?

La política educativa en este sentido se presenta contradictoria. Aunque se crean diversos programas de formación, pensamos que no vale apenas la apertura de los mismos, sino las condiciones para que estos realmente se transformen en una política educativa y aquí también debemos apuntar a la calidad de los mismos. En el caso de Brasil, específicamente en el caso de la enseñanza del español como lengua adicional o segunda lengua, cuando hablamos de formación docente, las instituciones (especialmente las secretarias de cada provincia) suelen recurrir a instituciones privadas que les ofrecen formación sin antes consultar a las Universidades que son las responsables por la oferta de dicha formación.

Por otro lado, tenemos que tocar otro punto, la ascensión de la carrera está estrechamente vinculada a la antigüedad, surge otra pregunta: ¿de qué forma entonces se le ofrece condiciones a los recién graduados que se inician en la carrera?

Existen en algunos países como en Brasil algunos premios que incentivan al profesor, como por ejemplo: Profesor nota 103 y surgen como un mecanismo de valorizar la carrera docente. En este punto no nos parece que un premio estimule en mayor o menor medida a un profesor y sí las condiciones necesarias para ejercer su función, tales como: infraestructura, sueldo, número de alumnos por aula, formación, entre otras.

Consideramos que uno de los puntos más importantes para pensar estas cuestiones tiene que ver con lo apuntado por Xavier, Libânea Nacif (2014)4 cuando se refiere a las historias personales de cada docente y dialoga con lo enunciado al inicio de esta crítica: la identidad docente. De esta forma, ¿cómo nos vemos los docentes? ¿Cómo me ven mis pares?; ¿en qué medida en América Latina se piensan políticas que contribuyen a la valorización docente? En qué medida el docente es realmente un profesional que como tal, tiene horas definidas, no lleva trabajo a casa, tiene un plan de carrera definido, entre otras tantas cuestiones fundamentales.

La respuesta parece clara y la lucha por una verdadera “profesión” docente se encuentra abierta desde hace tiempo.

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